RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

domingo, 7 de agosto de 2011

SESIÓN POLIVALENTE

Ayer sábado comencé mi preparación para la Maratón de Praga. Soy consciente de que aún quedan más de 10 meses para el objetivo, pero hay muchas cosas que hacer para llegar preparado al día D, por lo que se hace necesario un plan largo y metódico.

La primera sesión ha consistido en una jornada polivalente en la que he trabajado la fuerza, el ritmo y la resistencia todo de seguido. El entrenamiento se ha dividido en tres tramos continuos: el primero ha consistido en calentamiento hasta el Angel (un cerro que tenemos a dos kilometros y medio de donde vivo) y tres series de cuesta por la carretera hasta la cima recuperando con trote ligero en la bajada (cada cuesta tiene una distancia aproximada de 1 km con un desnivel positivo medio de un 7-8%). Este tramo me ha supuesto 54 minutos. La segunda fase o tramo ha consistido en una transición a trote ligero (5 min 30 el km) hasta llegar al Parque Cervantes y una vez allí y sin parar he realizado un cuatro mil a un ritmo aproximado de 4 min 30 el km. Esta segunda fase me ha supuesto 31 minutos y medio más. Por último y sin parar he inciado la tercera fase consistente en carrera continua en progresión, comenzando con trote suave durante 10 minutos desde el parque, pasando por la entrada de Frimancha hasta la rotonda de inicio de la circunvalación, hasta la rotonda de Entrecaminos hacia la carretera de Daimiel. Ya en la carretera he llevado un ritmo de 5 minutos y 30 el kilometro. Llegado al cruce donde sale el carreterín del polígono me he metido por él y he regresado al pueblo, empleando en esta tercera fase un total de 49 minutos.

Total tiempo: 2 horas y 15 minutos.

En cuanto a las sensaciones: muy bien en la primera fase, me sentía fuerte y en las cuestas las piernas me pedían subir más rápido. Bien de pulsaciones. La segunda fase ha sido distinta, ya que aunque no me sentía cargado me ha costado trabajo mantener el ritmo y me daba la sensación de ir más rápido de lo que en realidad iba; en cualquier caso bien de pulsaciones, pero algo lento/pesado. La tercera fase ha sido la menos positiva, ya que me sentía muy pesado y me ha costado llevar el ritmo, el calor hacía mella y tenía las piernas cargadas. Aún así he ido de menos a más y no he terminado excesivamente mal. Al parar he notado ciertas molestias en los tendones y la rodilla, pero al estirar han ido desapareciendo. Unas horas después (en este momento) no siento las piernas muy cargadas y me apetece salir de nuevo.

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