RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

jueves, 29 de diciembre de 2011

JUEVES 29 A LA PISTA DE ATLETISMO

Hacía un frio que pelaba, y aprovechando que estoy de vacaciones, me fui a eso de las 17:00 horas a la pista de atletismo. Mejores sensaciones iniciales que las de ayer en mi proceso de adaptación a las nuevas zapatillas. Una vez en el recinto, comencé a hacer un poco de trote en los alrededores, subiendo escaleras y gradas. A los 23 minutos de calentamiento, me decidía a hacer 2*3000 a 4 minutos 15 el kilómetro. Comencé el primero y enseguida sentí el frio en mis huesos, muy desagradable. Pero en la recta principal se dejaba de sentir y era más agradable. Completé el primer 3000 en 12 minutos 24 segundos, lo cual no estaba mal. De pulsaciones 160. Tras una breve pausa, salí a hacer el segundo y de partida iba mucho mejor, pero sentía mucho más el frio, y las piernas acartonadas. Justo cuando llevaba 1.850 metros aflojé porque lo estaba pasando mal con el viento. En ese momento llevaba 7 minutos 30 segundo, lo cual indicaba un ritmo superior a la primera que quizá hubiera permitido hacer 12 minutos 10, prácticamente a 4 minutos el kilómetro. Mejor repetir la experiencia cuando haga mejor tiempo. Tras esto dí un par de vueltas suave y me fui trotando a casa. Tiempo total unos 46 minutos y mejores sensaciones que el día anterior. Las zapas, mejor, espero que siga mejorando.

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