RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

domingo, 11 de diciembre de 2011

SÁBADO NUEVO RECORD DE DISTANCIA, 30540 METROS Y MÚSCULOS DAMNIFICADOS

El sábado por la mañana preparé 1 cuarto de litro de bebida isotónica que introduje en dos recipientes, un plátano y una mandarina envueltos en papel de aluminio, los dejé en el alféizar de la puerta y salí dispuesto a dar tres vueltas a un circuito de lo que creía que eran 9 kilómetros, ya que el día anterior lo había medido con el Google Earth. Ahora resulta que no eran 9 kilómetros, porque me confundí de cirtuito. Cada vuelta tenía 10.180 metros, lo cual suponen un total de 30.540 metros, una pasada. Salí algo flojillo, en ambos sentidos, flojo de fuerzas y sensaciones, y no muy fuerte de ritmo, por eso de ser prudente. En la primera vuelta, la cual discurrió por la Avda de las Tinajas, hasta terminar esta, coger un camino que sale antes de llegar al carril de aceleración de la A4, e ir hacia el camino de el Angel, coger este y luego otro camino que va por la falda de este cerro en la parte más cercana al pueblo, luego coger el camino de la Membrilla, virar por otro camino que lleva finalmente al camino del Peral, atravesando previamente la carretera de La Solana y regresar a casa. Hasta que no llegué al camino del Peral no recogí buenas sensaciones. Cuando llegué a casa, llevaba unos 51 minutos de carrera, y me sorprendió comprobar lo lento que había ido para cubrir los 9 kilómetros (ahora lo entiendo). Me tomé una botellita de isotónica, cogí el plátano y salí pitando. La segunda vuelta fue amable conmigo, y en general me encontré mejor que en la segunda. De nuevo pasé por casa cubriendo en aproximadamente el mismo tiempo que la primera, me bebí la segunda botellita, me eché la mandarina y para adelante. La tercera vuelta no fue nada mal, iba muy bien de piernas y sin grandes problemas, pero en mitad de la misma me comenzó a doler el empeine (sensación similar a cuando se te abre una muñeca), y por momentos el dolor fue un inconveniente considerable. En cualquier caso, no fue a más y pude cubrir todo el recorrido sin grandes problemas. Hubiera seguido y hubiera dado otra vuelta con lo cual habría cubierto casi una maratón (no me lo puedo creer). Al ritmo que fui habría cubierto la misma en aproximadamente 3 horas y 35 minutos. Os adjunto la ruta.





Cuando llegué a casa, tenía la piernas cargadas, ¡normal!, pero no me encontraba nada mal. El dolor del empeine se fue y por la noche me dolía un músculo de la espalda, que en estos momentos me está molestando. Esta tarde saldré a hacer algo suave.

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