RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

viernes, 23 de marzo de 2012

JUEVES 22 OTRA DE OBERÓN

Comoquiera que tenía la tarde libre me acerqué a la vieja pista de atletismo, que está al lado de casa y me puse con lo previsto: 30 minutos de trote y un circuito oberón. Enseguida me uní a un grupo de dos corredores, bastante más profesionales que yo y fuimos por la pista 6 a un ritmo un tanto exigido. Cuando llevaba los 30 minutos previstos paré y me fui a la recta contraria e inicié el minicalvario. La verdad es que no sé que tiene este tipo de circuito que cansa tanto. Parece que no estás haciendo nada pero llega un momento en el que no sientes las piernas. Una vez acabado, aproveché para estirar un rato sobre la toalla que puse encima del césped (por llamarle de alguna forma) y para casa.

40 minutos y 7 kilómetros, parece que bien empleados porque hoy siento el entrenamiento positivamente asimilado en mi cuerpo (me duele todo).

Sin noticias de las molestias de rodilla

No hay comentarios :

Publicar un comentario