RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 24 de marzo de 2012

SÁBADO 24 CASTIGADO A REPETIR LA ÚLTIMA TIRADA

Aunque eran otros mis planes, finalmente decidí repetir el mismo entreno que el sábado anterior, es decir 28,200 kilómetros y a un ritmo similar. La primera vuelta fue realmente cómoda, avituallé y lo único que me fallaba era la motivación, porque no tenía excesivas ganas de dar otra. Aún así me puse a la tarea y no fui mal conforme pasaban los kilómetros. Sin embargo, cuando apenas quedaba 1 kilómetro noté que las piernas me pasaban un horror. Ya era tarde para pasarlo mal, pero en un único kilómetro cargué los músculos una barbaridad y llegué algo cansado, terminando con una sensación negativa pensando en la maratón. Lo mejor, los 27 kilómetros anteriores y que no me molestó la rodilla. El tiempo, 1 hora 4 minutos en cada una de las vueltas. Lo peor, el bajón. Esta vez tomé un plátano y bebida isotónica en el avituallamiento y quizá me faltó volver a avituallar.

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