RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

miércoles, 13 de junio de 2012

MIÉRCOLES 13: SE ME HABÍA OLVIDADO QUE SE SIENTE HACIENDO CUESTAS POR LA MAÑANA

Madrugué y a eso de las 07:00 horas estaba yendo al Angel, con un fresquito que se agradecía. Sentí una pequeña contractura en el glúteo izquierdo, pero le hice caso omiso. Cuando llegué al pie del cerro mencionado lo ascendí por el camino duro que hay, y al llegar arriba, volví sobre mis pasos y otra vez ataqué la dura cuesta. Muy buenas sensaciones en la subida, sobre todo en cuanto a pulsaciones. Cuando llegué por segunda vez arriba, bajé por el camino y una vez abajo fui por la vía de servicio para coger el camino que bordea los cerros de alrededor y acabé volviendo por el camino de membrilla. Esto último fue en progresión recuperando unas muy buenas sensaciones y un muy buen ritmo, que calculo que estaría cercano a los 4´10´´. En el último kilómetro me relajé y me lo tomé como un descalentamiento. Distancia total incluyendo las dos ascensiones, unos 11,5 kilómetros. Tiempo 58 minutos.

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