RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

martes, 31 de julio de 2012

DOMINGO 29: NO PUEDO PARAR OTRA VEZ TIRADA LARGA

Motivado por la experiencia del día anterior y teniendo en cuenta que mi mujer quería volver a correr, volvía a madrugar, y ella conmigo. Nos fuimos a hacer la "ruta de las calas" toda por sendas. Nos faltó un poco para completarla, lo que hubieran supuesto unos 9 kilómetros. Regresamos al apartamento y decidí seguir corriendo. Ya llevábamos unos 55 minutos y pensé que podría intentar de nuevo subir por las cuestas de la Ermita, las del día anterior, y de nuevo me enfrenté con un auténtico muro. Esta vez no llegué a la Ermita porque eso me hubiera supuesto correr mucho más tiempo, pero me tragué todo lo peor, que está en los tres primeros kilómetros. Acabé, como el día anterior en la antena de televisión, bajando luego al pueblo y por fin al apartamento. Tiempo total 1 hora 55 minutos y fenomenal de piernas.

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