RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

martes, 31 de julio de 2012

LUNES 30: ¿POR QUÉ NO VOLVER A SUBIR A LA ERMITA?

Nada, que me gustó la experiencia, o más bien, a mis piernas le gustaba enfrentarse con esas pendientes, así que volví a madrugar (cualquiera diría que estaba de vacaciones) y subí a la Ermita, y después a la antena, Alcosseber y apartamento. Esta vez el recorrido supuso aproximadamente 1 hora y 2 minutos y de nuevo muy pero que muy buenas sensaciones

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