RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

lunes, 2 de julio de 2012

CRÓNICA DE LAS DOS LEGUAS Y MEDIA

Finalmente tuve que ir yo solo a correr las dos leguas y media. La niña estaba muerta de sueño y decidimos que sería así mejor. Tras charlar un rato con algunos de mis compañer@s en el Extenuación se dio la salida de manera muy informal, como no podía ser de otra forma. Yo no puse en marcha ni el crono. Fuimos un grupo grande rodando tranquilamente hasta la inmediaciones del Peral, pero entonces, sin saber porque un runner se escapó y enseguida me dí cuenta de que David Jiménez, Agustín Quintana y un servidor estábamos persiguiéndolo. El caso es que el acelerón fue considerable y ya dentro del paraje marcamos un kilómetro en 3´52´´. Intuía que todo lo que quedaba de carrera iba a ser así, y no me equivoqué. Ya volviendo del Peral, en la zona de la pradera, dimos caza y pasamos al runner escapado y lejos de relajarnos mantuvimos el ritmo. Los kilómetros fueron pasando con Agustín cantándonos los tiempos cada kilómetro: 3´50´´, 3´53´´, 3´52´´, todos iban por el estilo. Yo no es que fuera muy boyante pero podía aguantar pese a llevar la pierna izquierda algo cargada. El caso es que de pulsaciones no iba incómodo. Nos fuimos aproximando al pueblo sin bajar en ningún momento el pistón y ya cuando estábamos llegando al pueblo y apenas quedaba un kilómetro para la llegada, David, sin dar un acelerón muy grande, se fue diciéndonos adiós. Agustín estaba quedándose un poco rezagado, pero yo iba también justo y no tenía sentido tanta competencia, así que le dije de ir juntos, y hacer un pacto de "no agresión", y así fue hasta el final. Por un momento pensé que no tenía sentido ir tan fuertes en un cuasientreno como el que se planteaba, pero está visto que no tenemos remedio. Finalmente llegamos a unos 10 segundos de David e hicimos un tiempo de 55´, pero estoy seguro de que la vuelta la hicimos en no más de 23´.

Al final, la pierna cargada y una sensación similar a la de haber hecho el tonto.

En cuanto a la organización, todo salió muy bien. Especial mención a los zombies que nos encontramos en la noche. Sin duda fue muy divertido.












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