RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

martes, 14 de agosto de 2012

LUNES 13: RODANDO EN PROGRESIÓN DURANTE CASI UNA HORA

El lunes tocó entreno, esta vez por la tarde, y la verdad es que no hacía apenas calor, con lo cual se agradecía poder correr sin agobios. Salí suave hacia el Ángel y al llegar a la rotando del pie de este cerro y tirar por la vía de servicio de la AIV sentido Madrid, comencé a apretar. Empecé a sentirme cómodo y al doblar por el camino que bordea los cerros de alrededor metí una marcha más. Al regresar por el camino que me llevaba al camino de la membrilla no acusé apenas las cuestas y sentía bajos mis pies el terreno, lo cual es buena señal. La llegar al camino de la Membrilla tiré por un camino a la izquierda hacia el camino del ratón y luego por otro que me llevaba a cruzar la carretera de La Solana y hacía el camino del Peral. Hacía unos minutos que había metído una marcha más, yendo a menos de 4´10´´ y en algunas fases por debajo de 4´. Lo mejor vino en las pendiente negativa de dicho camino y al coger el carril bici. Cuando llevaba 47´, de los cuales 26´habían sido a buen ritmo, aflojé para tomar un poco de resuello y porque no quería forzar demasiado, en cualquier caso, pasado unos segundo volví a progresar hasta coger de nuevo buen ritmo y llegar a casa en 57´ para una distancia total de 12.150 metros. No está mal teniendo en cuenta que los primeros 4 kilómetros había ido por encima de 5´el kilómetro, y al final me salió un ritmo de algo más de 4´40´´. Bastante mejores sensaciones que las vividas el sábado en la tirada larga.

Al llegar a casa, todo un clásico últimamente: me metí en la piscina y estiré lo mejor que pude.

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