El sábado tocaba algo más suave que lo de costumbre, 90´de trote. Me levanté temprano y no preparé avituallamiento debido al tipo de entreno, pero cuando comencé a correr las sensaciones eran tan buenas que me convencí de que iba a realizar una tirada larga; y la hice, justo a la inversa en el recorrido en el que dos semanas antes había hecho 28 kilómetros, recortando la parte final. En todo momento fui disfrutando, y partir del 5 o 6 comencé a meter caña y las pierans fluían. Así me hice gran parte de la circuvalanción, me fui al río por el camino asfaltado de la depuradora vieja, volví por la AIV, cogí la carretera de Daimiel hasta llegar al camino que lleva al Hotel el Hidalgo y volví por la vía de servicio de la autovía bastante fresco. Llegué con fuerzas como para correr otros 10 kilómetros y al final me salieron 25,7 kilómetros en 2 horas 7 minutos. Lo mejor, la sensación de ir sobrado y que no me dolieron las piernas ni me sentí cargado en ningún momento.
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