RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 27 de octubre de 2012

SÁBADO 27: 26.300 METROS CON PÁJARA INCLUIDA

Comenzaba la nueva semana con la que será a la postre la úsltima "long run" del plan específico. Afortunamente no llovía y la temperatura invitaba a correr. Me fui al Peral y de ahí a las Aguas, a un ritmo creciente que se fue acercando a los 4' 40". Sin ir demasiado suelto fueron pasando los kilómetros y las sensaciones no eran malas. Llegué a la zona de las cantera y de ahí por un camino hacía la carretera de San Carlos del Valle a 2 kilómetros del cementerio. Llegué al pueblo y tiré hacia la circunvalación; sin embargo al llegar a la cuesta del cerro me sentí sin fuerzas y decidí aflojar la marcha cuando el ritmo medio era de 4' 38". Desde ahí a casa me fue vaciando de fuerzas y eché de menos poder comer algo. Los últimos dos kilómetros se hicieron pesados aunque iba bien de piernas, pero tenía una sensación desagradable en el estómago. Finalmente, hice casi 20 kilómetros a los ya citados 4' 38", y otros 6.400 metros a 4' 48"; total 26.300 metros y una sensación agridulce.

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