RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

martes, 20 de noviembre de 2012

OBJETIVO COMPARTIDO. DEDICADO A ALBERTO



















La Maratón de Valencia tenía la particularidad de que iba correrla con un valdepeñero que hace mucho tiempo que vive fuera y que conocí a través del Extenuación Valdepeñas, pero que ha sido allí, en Valencia, donde he tenido la oportunidad de conocerlo en persona y de compartir un chorro de kilómetros con él, y por supuesto, el objetivo común de bajar de las tres horas.

No sé si en el fondo teníamos la convicción de que fuéramos a conseguirlo, pero sí que tuvimos el valor de intentarlo. Durante 23 kilómetros fuimos juntos al ritmo planificado y en ese punto del recorrido Alberto aflojó el ritmo y yo continué por mi cuenta la aventura, pero ya no podría ser igual. Lo más solidario e inteligente hubiera sido continuar con él y haber unido fuerzas para terminar juntos.

Lo que pasó después está explicado en la crónica. Nueve kilómetros más tarde comencé a caer en picado, hasta que ya no pude prácticamente ni andar. Alberto me alcanzó y trató por todos los medios de hacerme regresar a la carrera, perdió un montón de tiempo e hizo una demostración de compañerismo, quizá lo que me faltó a mi unos kilómetros antes.

Paradójicamente, al terminar este pequeño infierno yo estaba muy motivado para prepararme la siguiente, y estoy seguro que Alberto y yo tendremos la oportunidad de quitarnos este sabor amargo, no creo que volviendo a intentar lo de las 3 horas, pero sí disfrutando juntos una maratón desde el principio hasta el final.

No hay comentarios :

Publicar un comentario