RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

LUNES 17: VAMONOS AL HOTEL CORRIENDO

Eso hice, ir al hotel corriendo, pero no para hospedarme; simplemente me puse el foquillo y salí, sin muchas ganas, por la vía de servicio de la AIV hasta llegar al Hotel El Hidalgo, antiguo Melia. Había humedad en el ambiente porque a cada respiración se veían las particulas húmedas a través de la luz del foco. Las piernas iban un poco frias, sobre todo porque no me puse mallas, y fue todo el tiempo pensando que no acabo de recuperar sensaciones, pero ¿qué más puedo pedir?, acabo de salir de dos maratones, y he escapado con vida. En cualquier caso cogí buen ritmo y en seguida me moví por debajo de 5´el kilómetro. Al llegar al puente del hotel, lo crucé y volví por la vía de servicio sentido Andalucía, y aunque no iba muy redondo, al menos estaba realizando un entreno más exigente que el de los últimos días. Las cuestas de la zona de los cerros pasaron sin grandes apuros y pronto llegué a la Avenida de las Tinajas. De la rodilla ya no tengo noticias, ¡esta hija se ha independizado!, pues mejor, que haga su vida. Al final unos 13 kilómetros y me salió una hora justa.

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