RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

viernes, 18 de enero de 2013

SÉPTIMA SEMANA DEL PLAN ESPECÍFICO PARA LA MARATÓN DE ROMA

Otra semana más terminada, y estamos ya casi en el ecuador del plan, viniendo ahora lo peor. Semana que no pasará a la historia por gastar una gran motivación y buenas sensaciones; más bien al contrario. En estos días, en más de una ocasión me he estado preguntando por qué estoy haciendo todo esto. No he hallado respuesta. Para colmo, lo de la rodilla no se acaba de ir. Es cierto que me deja entrenar pero sin demasiadas alegrías. El sábado 12 hice tirada larga de 27 kilómetros y no lo pasé muy bien que digamos. En esta ocasión lo peor fue que estaba acatarrado y algo flojo, y eso también lo notaron mis piernas. En cualquier caso, la última fase de la tirada es de lo único que se puede salvar; ni siquiera el ritmo medio sirvió para cumplir, aproximadamente 4´50´´. El domingo salí a descargar, pero algo no habitual, lo hice por la tarde. La verdad es que fui más rápido de lo habitual en los domingos, y tampoco salió un buen entreno, sobre todo porque en una fase del entreno sentí auténtico dolor en la rodilla que me dejó totalmente preocupado. El caso es que hice 84´a 5´20´´ de media. El lunes, tras pasarme un montón de horas estirando salí a rodar suave por el parque y aunque sin notar mucha molestia había algo en la rodilla que me impidió abstraerme, me salieron 55´. El martes fue sin duda el mejor entreno de todos, hice interval, 1 hora y 12 minutos, y aunque era de noche y por los caminos, me sentí cómodo y no me molestó la rodilla, eso sí, en la cuesta de la Aguzadera me costó horrores el cambio rápido. El miércoles fue otro entreno suave, muy suave y no tuve problemas en esta ocasión, 63´. Ayer jueves fue un día duro, el que más de la semana, probablemente; muchas series y mucho tiempo de entrenamiento, casi 1 hora 50 minutos, unido a la intensidad de las series. Lo peor fue que por momentos sentí molestias muy puntuales pero dolorosas en la rodilla, aunque luego dejó de molestar y me dejó terminar la sesión con buen saber de boca. Hoy toca descanso, merecido descanso. En estos días no hago más que repetirme una frase una y otra vez, a pesar de no ser creyente: tú quítame esto de la rodilla que yo ya haré la parte que me toca de mi trabajo. Espero que alguién se esté dando por aludido. Os pego la tabla:

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