RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 23 de febrero de 2013

DUODÉCIMA SEMANA DEL PLAN ESPECÍFICO PARA LA MARATÓN DE ROMA

¡Ya está!, me la he quitado de encima. Costó compaginar los 108 kilómetros realizados en siete días en los que además he competido en la Media Maratón de Valdepeñas, dejándome la piel, y en la que el día anterior de la citada competición no pudo darme el lujo de descansar; pero es más, ni el día después, ni ningún día de esta dura semana. Comenzó la historia con el sábado, marcado por el evento del domingo: troté una hora muy suave, cansinamente suave para hacer poco menos de 10 kilómetros. Me encontré suelto y sin molestias y era optimista de cara a lo que me tocaba al día siguiente. El domingo, tras dormir bastante bien, calenté unos dos kilómetros e hice la consabida media maratón sintiéndome bien en todo el recorrido; en ningún momento me encontré "muy bien", pero yendo a 3´52´´ el hecho de disfrutarla y no pesarme al final fue más que satisfactorio; además, pulvericé mi anterior marca en más de 2 minutos. Al terminar tenía las piernas cargadas pero nada reseñable. El lunes salí al parque a descargar y estuve 80´trotando suave yendo de menos a más y encontrándome en la fase última bastante suelto. El martes me encontré muy bien en el interval, realizando uno de los pocos entrenos en los que he disfrutado de las sensaciones; hice 1 hora 15 minutos y tras un largo trote, cambios de ritmo a razón de 3´fuertes y 2´suaves. El miércoles propuse de nuevo un entreno para descargar, pero algo más rápido que el del lunes; en esta ocasión 65´de trote sin molestias y bastante suelto. El jueves tocaban series, pero hubo un cambio: hice 20.600 metros, de noche y con foquillo, a un ritmo alegre y metiendo en la parte final del entreno; no estuvo mal tampoco la sesión. Por último, el viernes tocó rodar suave, bastante suave para completar los algo más de 13 kilómetros que me faltaban.

A partir de aquí relajaré intensidad y kilómetros porque ya sólo me quedan 23 días, de los cuales proyecto tres descansos y muchas sesiones de descansos activos, es decir, muy suavitos. Soy optimista por lo realizado y por como me encuentro, pero ahora es fundamental cuidarme y hacer un buen tapering, sin hacer el burro y dándole al cuerpo un razonable descanso

Os pego la tabla:


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