RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

domingo, 17 de febrero de 2013

PLANIFICANDO EL FIN DE SEMANA

El planificador planifica y luego le sale o no le sale. Este fin de semana era una locura en ese sentido, y quizá por deformación profesional, mi mujer y yo lo habíamos preparado todo con la intención de que salieran las cosas bien. El sábado 16 era mi aniversario de casado, 11 años ya, y 12 años menos un día desde la primera vez que vi a mi mujer. Luego estaba todo el tema de la logística de la Media Maratón de Valdepeñas. Venían Alberto de Alcalá de Henares, con el que tuve la suerte de compartir gran parte de la Maratón de Valencia, y su hermana Eli, la que nos cuidó los niños mientras yo convalecía en el hospital tras el fiasco de dicha maratón. También venían mi primo Juan y su mujer, que me siguen en el blog y les hacía ilusión vernos a mi hermana y a mi correr y al paso hacer la visita de rigor a mis padres. Esta última visita era más complicada, porque venían el sábado y había que tratarles como se merecen, con cama y comidas. Por último venían mis suegros que ayudarían en lo posible quedándose con los niños . El viernes me llamó Alberto diciéndome que no podía, así que la cosa cambiaba, de alguna forma se simplificaba, pero me daba pena que no pudiera estar en la media. El sábado quedó encajada la planificación: voy a correr temprano, nos vamos mi mujer y yo a Consuegra, vemos el castillo y los molinos, también el pueblo, comemos en un buen restaurante, nos echamos unas fotos, volvemos a casa, vamos al cine a ver "Mamá" la última de Guillermo del Toro, recogemos dorsal y chip, volvemos a casa, quedamos todos con Juan y su mujer a tomar unos vinos, y después a dormir (mi primo dormiría en casa de mi hermana). Pues bien, deciros que todo salió bien: corrí por la mañana a gusto, disfrutamos como enanos en Consuegra viendo una pedazo representación teatral en el castillo, que no habíamos planificado; no pudimos ir al Restaurante Las Provincias donde había reservado vía internet, porque estaba de vacaciones, pero acabamos en otro buen restaurante que también recomiendo, llamado la Tapería Gaudy, donde disfrutamos de comida superbien elaborada. Fuimos a recoger la bolsa, chip y dorsal y charlamos con toda la gente del mundo del running que vimos y con mucha prisa volvimos a casa justo para perdernos los cuatro primeros minutos de la peli. Pasamos un rato agradable lleno de sobresaltos y de tensión y para rematar nos fuimos a tomar los vinetes, aunque mi primo y su mujer decidieron no apuntarse porque estaban cansados.

El sábado estaba hecho, y casi según lo previsto. Faltaba el domingo, lo más complicado: levantarse desayuntar adecuadamente, tras haber dormido bien, ir a por mi primo, y a realizar todo el protocolo, foto del club, calentamiento, carrera, batir mi marca (objetivo entre 01:21 y 01:23), a poder ser recoger por primera vez un trofeo por haber entrado entre los primeros 10 locales, no lesionarme, eso por descontado, e irnos finalmente a la comida del club, donde estaban invitados mis primos y mis padres. El resultado fue: dormí bien, desayune mejor, me hice la foto de rigor como estaba previsto, me sentía bien en el calentamiento, batí mi marca haciendo 01:21, mi hermana terminó satisfactoriamente su segunda media y en el tiempo más o menos establecido, hablé con todo el mundo que pude y disfruté con ello, recogí mi trofeo como cuarto clasificado y disfrute la comida del club en un buen ambiente, donde mi hermana Mari Carmen se llevó un reconocimiento en forma de placa por su tesón. Mis padres orgullosos de sus hijos y no se podía pedir mucha más.

Conclusión: a veces hay días, incluso fines de semana, casi perfectos. Lástima que perdió el Albacete Balompié, pero todo no podía salir bien.




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