RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

jueves, 21 de marzo de 2013

LA DECISIÓN DEL HOMBRE FELIZ

El hombre feliz llegó al final del camino, allá donde terminaban los límites de todo lo que él había conocido. La sonrisa le había acompañado en este último tramo y se había sentido protagonista de su final: "había completado su viaje". Sin embargo se halló allí parado y tomó conciencia de que la felicidad por lo conseguido es siempre efímera puesto que más pronto que tarde se ha de decidir qué nuevo rumbo se ha de tomar una vez finalizada la senda: si regresaba sobre sus pasos sería como borrar los buenos recuerdos del trayecto y perder la emoción de los recientes descubrimientos; pero también podía atravesar el campo liego que se abría ante sus ojos y abrirse ante caminos vírgenes y renovados paisajes. A lo lejos atisbó una alta cumbre de un extraño tono verde; pensó que para llegar hasta allí tendría que adentrarse por parajes duros, apenas transitados, y sus piernas estaban ya cansadas de obedecer sus exigencias. Sin embargo no lo dudó, se agachó y ajustó bien las lazadas de los cordones de sus botas. Así fue como emprendió su enésima aventura entre inhóspitas piedras que amenazaban con castigar más sus doloridos pies; pero nada podía compararse con la emoción que le embargaba, intensos ríos de vida corrían por sus venas porque estaba de nuevo en busca de su destino.

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