RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 26 de octubre de 2013

MIÉRCOLES 23: VUELTA A DOBLAR


Doblar dos días seguidos, seguro que está contraindicado. Si puedo hacer una cosa en mi situación, eso es arriesgar, porque siento que no tengo nada que perder. Madrugué un mogollón, y a las 06:15 salía nuevamente con el foquillo, esta vez hacia el parque para coger luego la circunvalación. Iba algo cargado, pero no cansado, y a partir del minuto 25 comencé con un interval a razón de 2´fuertes y 3´suaves, y eso me acabó de matar. Me fue costando cada vez más, y cuando hube completado la circunvalación y llegué a la Carretera de San Carlos del Valle, cogí el Paseo del Cementerio sin dejar de hacer los cambios de ritmo, pero ya más suaves. Rodeé campo santo, y cogí el camino hacia el carril bici de la Carretera de La Solana, y me alejé nuevamente del pueblo hasta donde termina el mencionado carril, para regresar por el camino del Peral. Los últimos cambios fueron ya bastante suaves porque la carga en mis piernas era considerable. Hice unos 15.600 metros y con la idea de salir nuevamente por la tarde-noche.

Tras mi jornada en Manzanares, lo dicho, me vestí y me fui a correr. Llegué al parque y allí estaba Agustín Quintana que está tratando de coger la forma para ponerse en forma. Dimos tres vueltas demasiado rápidas para mi, al recinto, y tras esto regresamos, a él le venía de paso donde yo vivo, y dimos algún rodeo para alargar la tiradilla. Agustín es un crack y un referente en el ultrafondo de Valdepeñas, estoy seguro que pronto nos va a dar buenas alegrías.

En total me salieron casi 22 kilómetros.



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