RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

lunes, 18 de noviembre de 2013

MARTES 12: DOBLANDO DE MANERA INUSUAL

Pensé que podía rellenar el hueco de descanso laboral que tengo a la hora de comer, y de esta forma no seguir trabajando o aburrirme, que eran las dos alternativas que se me planteaban normalmente, así que me llevé la mochila llena de trastos de correr y a las 14 horas me fui a dar unas vueltas por el Polígono de Manzanares. Lo que experimenté no fue muy agradable: al estar en ayunas me encontré muy muy flojo y me costaba correr. Por ello no alargué mucho la sesión de forma que hice en torno a unos 6,5 kilómetros de ritmo cansino.

Tras llegar a casa por la tarde, me volví a vestir para la ocasión y me fui al parque a hacer fartlek, pero al llegar allí me encontré con algunos atletas del extenuación y me uní a ellos. Llevaban un ritmo cercano a 5´el kilómetro, por lo que no era mala referencia, así que fuimos dando vueltas entre charla y charla, hasta que decidí que ya había tenido bastante por ese día y regresé a casa. Entre ambas sesiones acumulé unos 15 kilómetros.




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