RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

lunes, 11 de noviembre de 2013

SÁBADO 09: TIRADA LARGA PERO NO TANTO

Tenía proyectada una tirada de 28 kilómetros, y sólo con pensarlo me dolían las piernas. Por lo pronto madrugué pero no para salir a correr sino para trabajar, y pospuse el entreno para la tarde. El problema vino cuando después de comer tuve que dejar un poco reposar mi estómago, y cuando menos me di cuenta eran ya las 17:30. Me fui por la vía de servicio de la AIV sentido Madrid y desvié por el camino carretas hacia la la Carretera de La Solana. Las sensaciones no eran malas del todo, pero las Adidas Kanadia están resultando bastante inapropiadas para mis entrenos de maratón, así que estoy prescindiendo de ellas cuanto puedo, pero me he quedado sin zapatillas con un mínimo de garantías de amortiguación, así que me las puse muy a mi pesar. Pronto me sorprendió la noche cuando aún me quedaba 1 tercio de recorrido, así que conseguí llegar al Paraje del Peral no sin pasar algo de miedo por el trozo de carretera. Atravesé dicho paraje y me dirigí a Valdepeñas por un camino que conozco bien, tanto que no necesito luz para saber donde están los baches. Con eso y la luna que se dejaba querer, conseguí llegar a las inmediaciones de mi pueblo sin doblarme ni una sola vez ningún tobillo, y una vez allí, callejeé tratando de aumentar algo el kilometraje. Los últimos minutos se hicieron pesados porque mis piernas se resintieron, dejando otra vez claro que no me encuentro para correr una maratón. Por fin llegué a casa tras 1 hora y 54 minutos tras hacer unos 22 kilómetros

No hay comentarios :

Publicar un comentario