RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

jueves, 17 de abril de 2014

MIÉRCOLES 16: OTRA TIRADA LARGA Y OTRA ALEGRÍA

Es triste comprobar las posibilidades que da tener tiempo. Lo es porque uno es sabedor de que normalmente no puedo entrenar como quisiera porque el día no da para mucho. Es ahora, en vacaciones, cuando compruebo como puedo dedicarme con más tranquilidad y dedicación a mi plan y consigo hacer cosas que en condiciones normales sería casi imposible. Este es el caso: desde que comenzó mi semana del plan, el sábado, he conseguido hacer 86 kilómetros, repartidos en unos treinta el fin de semana, más de 22 el lunes, más de 13 el martes y otros 21 ayer. Y lo mejor no ha sido la carga kilométrica, sino cómo he hecho muchos de ellos, a muy buen ritmo. Este fue el caso de ayer; salí por la tarde pero ya cuando el Sol comenzaba a decirnos adiós; de nuevo hacia el este y con las piernas menos activadas que el lunes, pero tratando de ir en 5´o algo menos, aunque el camino que lleva al Pozo de la Serna es bastante exigente y me ponía las cosas difíciles. En el nueve y medio, subí hacia el norte para kilómetro y medio después regresar a casa por el camino que lleva a San Carlos. Poco a poco el ritmo fue creciendo, a pesar de que en la noche se hace mucho más difícil avanzar por caminos irregulares, y con el paso del entreno mis sensaciones fueron creciendo experimentando nuevamente esa sensación que tanto me está gustando: el de que con las piernas cargadas siento que puedo perpetuar ese ritmo durante mucho tiempo sin mayores dificultades. El regreso, por tanto, fue rápido, tanto que calculo que mi media en los últimos 11,5 kilómetros se movió en torno a 4´25´´, porque conseguí correr los 21 kilómetros que había medido con el Google Earth en 1 hora 38´, a una media de 4´39´´. El último kilómetro pude hacerlo e 3´46´´, aunque llegué bastante cargado.

En casa estiré y pronto me sentí casi totalmente recuperado.


2 comentarios :

  1. Javier, el tiempo nos acompaña inexorablemente a lo largo de nuestra vida, siendo casi siempre nuestro juez, tanto, si "tenemos tiempo como si no lo tenemos", es así, ahí esta y a veces poco podemos hacer, si acaso, aprovechar lo mejor posible, aquel del que podamos disponer, y tu lo estas haciendo muy bien, los resultados lo están poniendo de manifiesto. Me alegro por que así sea.

    Un abrazo, Emilio Díaz.

    ResponderEliminar