El jueves me había tocado trabajar. No me importó mucho perderme la proclamación del nuevo rey, porque sabía que con coronación o sin ella tendría que trabajar del mismo modo y con la misma intensidad. Eso sí, tuvimos que cambiar el festivo del jueves pasándolo al viernes, de forma que este día tuve que quedarme todo el tiempo con los críos, y trabajando en mi despacho, con mi otro trabajo. Por la tarde, cuando regresó Merche la asusté al decirle que le tocaba volver a correr, y estuvo a punto de cambiarse, pero en seguida le dije que estaba bromeando, no le tocaba porque los viernes no le toca y porque el sábado tenía nuevo reto. Así que cogí y me fuí con buen ritmo al Peral, y una vez alli regresé por el camino que bifurca hacia Las Aguas y que permité volver de nuevo al Camino del Peral. Las sensaciones eran buenas y se puede decir que fue el entreno de calidad de la semana. Me saldrían unos 13 kilómetros aproximadamente.
De esta forma me he despedido de las dos semanas de descanso relativo que me he concedido desde la Quijote Legend. Dos semanas en las que no he parado, pero es cierto que no me he extresado con planificaciones. En estos 7 días me han salido unos 76 kilómetros que no están nada mal, y ahora es cuando comienza un nuevo ciclo de tres meses que culminará con los 102 kilómetros de la Madrid-Segovia del 20 de septiembre.
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