RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

lunes, 18 de agosto de 2014

SÁBADO 16: TIRADA DE ALGO MÁS DE 50 KILÓMETROS DE NUEVO POR SIERRA PRIETA


 Iniciamos la octava semana

Terminé la séptima semana del plan específico para la Madrid-Segovia y no quedo totalmente satisfecho con la misma porque no cumplí con el kilometraje previsto, quizá porque infravaloré la dureza del Trail Camins de Cabres, prueba que condicionó el resto de semana debido al proceso de recuperación que tuve que pasar. Aún así resultaron 70 kilometros en los cuales quedan incluidas las más de 8 horas del mencionado trail, horas sin duda de gran calidad y que deben servir de buena preparación para mi cita el 20 de septiembre.

Pero había que comenzar la octava semana, y todo tras el regreso de vacaciones; para colmo, el viernes Merche y yo tuvimos boda y regresamos a casa a altas horas de la madrugada con lo que no podía llevar a cabo la tirada larga que últimamente acostumbro a comenzar antes de que salga el Sol. Por todo ello decidí posponerla a la tarde y así entrenar el calor, circunstancia que sin duda me encontraré en Madrid. Salí a casi las 19 horas con el termómetro marcando 32 grados. El guión de la sesión el mismo que el de los últimos sábados: avituallamiento líquido en dos botellas, frutos secos, alguna comida extra en forma de barritas, polvos para preparar la bebida, el móvil por si acaso y el frontal . La ruta elegida era la misma que la recorrida tres semanas antes: paso por la Finca Castellanos, a 11 kilómetros y medio de casa, entrar en Sierra Prieta por el paso de la Finca Amparo, pasar por la Finca hasta encontrar el paso entre los montes que me llevaba a Moral de Calatrava para luego regresar a Valdepeñas por el camino que discurre paralelo a la Carretera 412. Un total de 48 kilómetros.



Saliendo con el calor 

El mayor handicap era sin duda el calor, y se dejó notar durante gran parte de la sesión. No tiene nada que ver correr con 20 grados que con 32 y los kilómetros se hacen más pesados en éstas últimas circunstancias, siendo difícil disfrutar. Llevé el ritmo programado, algo por debajo de 6 minutos por kilómetro de media, alcancé la Finca Amparo, comencé a subir y a la vez comencé a sufrir, porque me costó la pequeña ascensión que sin embargo no tiene un desnivel positivo de más del 4%, pero lo comentado antes, el calor hacía mella. Llegué a lo más alto justo cuando alcanzaba a ver el cerro con el repetidor y entonces, no sé si fruto de un despiste o de mi mala memoria, cogí el camino de la derecha. Pronto empecé a comprobar que algo no marchaba bien, no recordaba el camino, y por ende sus baches, los árboles de alrededor, todo, pero supuse que el hecho de no recordarlo no significaba que no hubiera pasado por ahí la anterior vez.

Pérdido en mitad del monte

 Fue cuando me quedé sin camino y me hallé en una zona alta y pedregosa cuando me dí realmente cuenta de que me había perdido. Para colmo comenzaba a anochecer y lo que menos quería era verme en mitad de aquellos montes sin saber exactamente mi situación. Tenía dos opciones, o continuar hasta encontrar un camino o regresar sobre mis pasos y volver al punto donde creía me había despistado, y afortunadamente decidí hacer esto último. Regresé el kilómetro y medio recorrido hasta llegar al cruce de caminos desde donde se veía el repetidor y fue entonces cuando caí en la cuenta de que debería haber cogido el camino que se abría enfrente mía. Lo cogí como quien coge una segunda oportunidad y pronto sentí que ya no iba perdido. Las sombras se hicieron más largas, la luz natural se iba apagando pero no ocurría lo mismo con el calor que hacía bastante desagradable el entreno. Llegué a la vaguada pedregosa donde tanto disfruté la otra vez y ciertamente fue lo mejor del entreno, hasta que alcancé el camino que me llevaba directo a Moral de Calatrava. Midiendo bien la deshidratación tomé más pastillas de sales de lo normal,  y también alguna que otra cápsula de aminoácidos, y ya de noche bajé a ritmo suave y no yendo demasiado redondo hasta la citada población. Alcancé las primeras calles del pueblo con algo más de 29 kilómetros recorridos y giré hacia la gasolinera la cual ya tenía las luces apagadas, porque acaban de cerrar. 

Repostando y sin muchas ganas de continuar

A decir verdad no tenía muchas ganas de realizar los 20 kilómetros que aún me quedaban pero no tenía muchas más opciones: o eso o decirle a mi mujer que viniera a por mi, opción ésta que nos era viable ya que tendría que estar en muy malas condiciones para no terminar al completo mi entreno. Rellené una botella con agua de la gasolinera, la cual salía como el caldo de caliente, y rellené la segunda también con agua y le eché uno de mis preparados. Me mojé bien, que no refrescarme, y con cierta resignación me abrí paso en la noche cuando ya daban casi las 22:20. El resto del camino se me hizo pesado en todos los sentidos: las piernas me pesaban, sin duda como causa del esfuerzo realizado en Genovés, y además el tiempo avanzaba lentamente. Lo único positivo era la brisa que ahora daba de frente con lo que se atenuaba bastante el calor. Los kilómetros fueron avanzando lentamente hasta que ví la línea de luces de Valdepeñas que me indicaba que estaba a unos 12 kilómetros. Seguí bebiendo, traté de comer unos pocos cereales, pero mi estómago no iba para muchos trotes y ví como mi ritmo se instalaba en 6 minutos y a veces 6´15´´ sin que notase que iba más lento. Finalmente, ya llegando al Polígono Entrecaminos sonó el móvil; era Mercedes que me llamaba preocupada, pero sólo quedaban escasamente 3 kilómetros. Finalmente 50.200 metros, en lo que resultó ser el entreno más largo realizado en la tarde-noche. Sensaciones contrapuestas: por un lado no me encontré tan redondo como en anteriores ocasiones, pero pude hacer una tirada de las largas con una temperatura alta similar a la que me encontraré en la Madrid-Segovia.

2 comentarios :

  1. Las sensaciones fueron malas como cuentas, pero hacer mas de 50 km en esas condiciones y después de la carrera de hace una semana tiene mucho mérito, por lo que la calidad del entrenamiento es incuestionable, ¡animo y adelante!, solo faltan 4 semanas.

    Saludos, Emilio Díaz.

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    1. Gracias Emilio, ahí estamos. ¿cómo evoluciona la lesión?

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