RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

martes, 14 de octubre de 2014

JUEVES 9: SINTIENDO QUE ECHO A PERDER OTRA SEMANA

Sintiendo el reloj hacer tic tac, no para, y yo no puedo pararlo, tan sólo contemplo. El jueves era el enésimo entreno por la noche de esa semana. Había que apretar los dientes y tratar de salvar una sesión realizando series cortas, pero antes tocaba hacer una tiradilla y eso hice, de nuevo por la misma zona que en los últimos días, la de los Cerros de la Aguzadera, esta vez para ir hasta el Parque Cervantes sintiéndome bastante pesado y al llegar allí pensar que no podía con los 10 trescientos. Eso sí, hacer los hice, no sin esfuerzo y al final me fui a casa con la sensación de que algo no acaba de funcionar. En mi cabeza giraba el pensamiento de que el esfuerzo de la Madrid-Segovia, unido al esfuerzo de la Media Maratón de Alcázar estaba pasando la factura en esos días.

Al fin y al cabo unos 13 kilómetros que ayudaban a sumar un poco en una semana en la que ni tan siquiera conseguía hacer 60, ya que el viernes fue de esos días en las que no podía correr debido al cansancio laboral.




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