RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

lunes, 20 de octubre de 2014

MIÉRCOLES 15: UN BUEN TUTE PARA MERCEDES EN EL ENTRENAMIENTO

El miércoles antes de cenar salimos Merche y yo con la idea de completar una sesión de algo más de una hora. Para variar un poco cogimos un recorrido distinto: cogimos el carreterín que lleva a la Carretera de Daimiel desde el Polígono; desde el principio imprimí buen ritmo al cual respondió perfectamente Merche, y no sólo cogió cadencia sino que también se mantuvo. Alcanzamos la carretera mencionada y de ahí cogimos la misma sentido Valdepeñas y en ese tramo Mercedes siguió corriendo a un ritmo que calculo que sería de 5´25´´. De ahí cogimos el camino que pasa por debajo de la autovía, a la altura del Parque Cervantes para ir por la senda que bordea Frimancha y Bodegas Vinartis, y tras eso, de nuevo al parque. Pero llegados a dicho recinto aún no se había completado el groso del entreno,  ya que allí ella se puso a realizar series suaves de 100 metros y yo hice tres vueltas de interval a razón de 700 metros fuertes y 300 más suaves. Mientras tanto Enrique Cidfuentes, que allí se encontraba, se estaba machacando haciendo una cantidad grande de series de 500. Por mi parte me encontré bastante bien y tras la tercera Merche y yo volvimos descalentando a casa; para ella también había sido una buena sesión, sin molestias y la ví fuerte. Calculo que entre pitos y flautas yo haría unos 12 kilómetros y ella unos 10,5.




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