RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 27 de diciembre de 2014

JUEVES 25: CONTINUO CORRIENDO POR LINARES Y ABRO UNA NUEVA RUTA

El día de Navidad también hubo que salir. Al paso era capaz de mover un poco la tripa que en estos días viene bien. Salí por la Ermita de la Virgen de Linarejos, donde Merche y yo nos casamos va a hacer en febrero 13 años. Seguí por la vía verde que sale hacia el norte y continué por la misma hasta las inmediaciones de la Urbanización de la Cruz. Desvié por un camino rizado y lleno de árboles y en esa zona disfruté de la sesión. Luego cogí un camino que no sabía muy bien donde llevaba y me ariesgué a continuarlo dispuesto a hacer 25 kilómetros si hacía falta. Tras varios kilómetros comprobé como giraba y bajaba, y un par de kilómetros más abajo me ví en un cruce donde comprobé, tras preguntar, que estaba a un par de kilómetroa de Linares, ¡y yo sin saberlo!; continué el camino y aparecí en la zona de la ermita, de nuevo. Regresé sobre mis pasos y ya en los últimos kilómetros se me agarró una considerable molestia en la dichosa zona. Llegué a casa de mis suegros 1 hora y media después, y haciendo 15.250 metros, un ritmo muy suave, como se puede comprobar.


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