RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

LUNES 8: CORRIENDO EN LINARES CIUDAD DE CHIMENEAS DE MINAS Y OLIVOS

El lunes se hacían notar los excesos digestivos del fin de semana y el cuerpo me pedía un tiempo muerto. Salimos hacia Linares al mediodía con el fin de comer allí con mis suegros y traernos a los niños que habían pasado un par de días permitiendo a sus padres un creo que merecido descanso. Pero todo lo bueno tiene final, y ya tocaba dejar de estar sin niños (mi mujer y yo) y por tanto dejar de estar como antaño cuando éramos novios. El caso es que cuando llegamos a la ciudad de las chimeneas de minas y de los olivos comprobé que aún le quedaba bastante a la comida (de hecho el pollo aún no había sido introducido en el horno) por lo que me puse las zapas y me fui a hacer un circuitín muy majo de unos 11 kilómetros con cuestas incluidas en el pack. El caso es que propuse un ritmo vivo y todo fue bien hasta que la parte baja de los isquios de la pierna derecha se me volvieron a cargar (está visto que en cuanto fuerzo un poco salen las molestias). El resto del circuito lo realicé de mal humor y a un ritmo menor para evitar problemas. Al final unos 57 minutos para realizar la distancia mencionada.



En las siguientes semanas haré un mesociclo de fuerza para tratar de revertir los problemas musculares que estoy sufriendo últimamente.


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