RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

martes, 23 de diciembre de 2014

LUNES 22: SALIENDO CON MERCHE A PETICIÓN SUYA

El lunes tenía dos sentimientos enfrentados: ganas de correr porque el cuerpo me lo pide por un lado y por otro miedo a volver a sentir las dichosas molestias. Sé que a ritmo medio e incluso moderado, la pierna no se queja pudiendo ir perfectamente a 4´50´´ y sin problemas, pero hay algo en los isquios que se enciende cuando supero cierta barrera de ritmo. Así que no me lo pensé mucho cuando Mercedes me preguntó si no salíamos a correr; eso sí le contesté con una pregunta: ¿pero realmente te toca correr hoy?, corriste una media entrenando el sábado. Ella está muy motivada, está en esa fase en la que nota los progresos y por ello no le quité las ganas. Salimos en plena noche de niebla, con bastante frío y sobre todo con la neblina espesa que se reflejaba en la luz del mi frontal y que hacía casi kafkiano correr. Aún así la pierna me iba dejando sin apenas molestias y Merche parece ser que iba disfrutando porque el ritmo era vivo y ella trataba de avivarlo más. Tras rodear el Cerro del Ángel y subir por su falda, regresamos por la vía de servicio para ir al Parque Cervantes. Llegado un momento desaparecieron todas las minimolestias de mis isquios y comencé a disfrutar del todo de la sesión. Llegados al parque decidí que quería oir la respiración acelerada de mi mujer, así que metí una marcha más esperando que ella me siguiera y lo hizo, por lo que comencé a oir la música de su respiración. Tras realizar una única vuelta al recinto regresamos a buen ritmo a casa saliendo un entreno muy majo para ella y una sesión de transición para mi, un total de 52 minutos para hacer unos 9 kilómetros y pico.

Lo más positivo del día es la sesión de estiramientos que realicé ya en nuestro hogar. Fueron unos 20 minutos, tiempo que rara vez empleo en estas ocupaciones.

Hoy siento la zona más suelta de lo habitual lo que me hace pensar que los estiramientos van bien a mi lesión/molestia. A ver qué tal empleo el tiempo en este periodo vacacional que se va a alargar desde mañana hasta el 7 de enero que vuelvo al trabajo. Necesito suerte e incluso un montón de rezos para conseguir que a la vuelta al trabajo pueda decir que estoy totalmente recuperado. El problema es que no soy de rezar....



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