RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

lunes, 19 de enero de 2015

VIERNES 16: FINIQUITANDO OTRA SEMANA CON OTROS 90 KILÓMETROS

El viernes me lo tuve que coger de vacaciones, ya que tenía mucho trabajo que cerrar en mi despacho, así que pensé que podría sacar un hueco después de comer para irme con el solecito. Finalmente no pude ser y me tuve que ir como casi siempre, de noche. Dejé a Inés en casa de mis padres y desde ahí me fui a realizar algo menos de 10 kilómetros; había introducido el tercer cambio en el plan, ya que me tocaba técnica de carrera según el papel, pero había decidido quitar esta apartado por falta de tiempo, y eso sí, meter algo de intensidad en la sesión. No se me hizo muy agradable la ida, con algo de pendiente positiva y a un ritmo no muy exigente pero sí lo suficiente como para ser algo más que un calentamiento. La vuelta, ya más favorable, me permitió meter una marcha más y pude completar una salida de unos 9.100 metros en 42 minutos, que no está mal, vista la media. Terminé contento nuevamente, con la idea de que esta nueva técnica de carrera me está permitiendo pasar página de mis molestias y problemas.

Con lo del viernes pude cerrar otra semana dentro del mesociclo de fuerza con una pizca más de 90 kilómetros, donde la nota más negativa ha sido que me he saltado capítulos tales como la sesión de gomas, el trote regenerativo del martes, que cambié por interval con Merche, o el hecho de no realizar ejercicios de carrera ese mismo viernes.


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