RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

domingo, 8 de febrero de 2015

SÁBADO 7: CASI UNA MEDIA MARATÓN DISFRUTANDO DEL CAMPO

Acabé cansado de toda la semana y cuando me levanté ayer sábado buscaba la motivación suficiente para realizar mi tirada "exigente". Tenía que lograr hacer más kilómetros que las semanas anteriores y eso a buen ritmo, en torno a 1,15 de coeficiente de mi ritmo objetivo para Helsinki: 4´10´´. Aproveché esperando el mediodía a que el Sol calentara algo más y salí de casa a casi las 12:15 con el tiempo justo para volver a la hora de comer. Ni Garmin ni crono encendido, tan sólo sensaciones en mis piernas. Desde el comienzo noté que no iba a ser mi mejor día y eso era debido a los 12, 5 kilómetros de unas horas antes. Sin ir mal no notaba la soltura suficiente como para disfrutar más. Cogí el Camino de Alhambra, el cual pica durante los primeros kilómetros y eso no ayudó, pero tampoco hay que exagerar, no iba mal. En el 7,2 giré a la izquierda por un camino en clara pendiente positiva y pronto me encontré con el Camino que lleva a San Carlos del Valle, pero no lo cogí, sino que seguí de frente por una senda que seguía subiendo y me llevaría hacia el camino de las canteras. Alcancé el mismo y pronto busqué la zona del Arroyo del Peral, la cual estaba algo embarrada y dificultó la carrera. La vuelta se hizo más rápida, sobre todo porque era con pendiente negativa. Regresé por el Peral a buen ritmo aunque notaba que las piernas no iban del todo redondas. Llegué a casa sin saber muy bien el ritmo medio, algo que pretendía al comienzo del entreno pero que ahora sí quería saber. Calculo que había tardado 1 hora y 38 (mirando la hora de salida y la hora de llegada)  para realizar los 20,6 de recorrido, por lo que me había salido una media de 4´50´´. Pego la ruta:
















Tras estirar bien comprobé de nuevo que tenía cero molestias, más allá de la considerable carga de fuerza y haber llegado bastante cansado. Ahora mismo todavía siento los efectos del entreno y espero que los 15 kilómetros proyectados a realizar con Mercedes me regeneren un poco.



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