RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

lunes, 23 de febrero de 2015

VIERNES 20: AUTONOMINARSE PARA UN PREMIO QUE NO VAS A RECIBIR JAMÁS

Dicen que todo esfuerzo tiene su recompensa, ¡no sé yo!. Medirnos y compararnos con otros, dos acciones a las que estamos acostumbrandos los corredores, y creo que de forma casi inevitable, y entre medias el esfuerzo como vía para que nuestras mediciones nos den datos que supongan buenas noticias y también para que nuestras comparaciones, odiosas o no, nos pongan en mejor lugar. Quiero pensar que me mido pero que no me comparo y tiendo a pensasr que me esfuerzo tan sólo por mejorar, y no por ganar a nadie, porque al fin y al cabo somos populares y nada más.

Hechos estos incisos el viernes se volvió a hacer muy duro para mi cumplir mi plan y alcanzar los 90 kilómetros semanales. Para llegar a esta cifra tuve que salir de noche, casi sin ganas, a realizar un circuito por la zona noroeste del pueblo. Ese cuadrante no lo suelo transitar mucho y menos de noche y un viernes, pero es que estaba cansado de los caminos del norte y del noreste, y el sur no lo pateo mucho, la verdad. Así que tras marcarme un circuito de unos 13,7 kilómetros hice de tripas corazón y me fui tratando de no darle muchas vueltas a la cabeza; al fin y al cabo no hacía mala noche y no era desagradable correr. Pronto comencé a progresar en mi ritmo y sin mucha chispa y motivación me ví jadeando en medio de la oscuridad hospiciada por la luz del frontal. Como ya me olía que iba a acabar metiendo caña me había dejado el crono en casa y corría sin referencias....

Todo terminó como casi siempre, con bastante satisfacción por haber cumplido mis deberes, y es el momento de enlazar con las reflexiones iniciales de esta entrada: dudo bastante de que estos esfuerzos, esta dedicación por cumplir se traduzca con certeza en los progresos que espero y deseo, pero sé al 100% que no hay otra forma de llegar a donde quiero que pasando por aquí.

Así que terminó otra semana más, con algo más de 90 kilómetros, y si hubiera un premio a la regularidad me gustaría que alguien me hubiese nominado a él, pero estoy solo en esto y no queda bien eso de autonominarse.


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