RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

lunes, 30 de marzo de 2015

DOMINGO 29: DOBLANDO ENTRENOS 1+1 = 3

De los beneficios de doblar se ha hablado mucho, hay mucho material escrito sin lugar a dudas. También se han comentado mucho los riesgos que conlleva meter más de una sesión en un solo día, desde la perspectiva de posibles riesgos de lesión y de ver de cerca la sombra alargada del sobreentrenamiento. Dicho esto he de decir que para mi siempre he encontrado experiencias positivas en este sistema de entreno y que generalmente he notado mejoras adaptativas cuando los he introducido. Por ponerles un pero siempre ha sido difícil llevarlos a cabo por el tiempo que te roba y también porque quieras o no hay que realizar un pequeño esfuerzo psicológico para llevarlos a cabo. No estoy aquí para recomendaros recetas como si fuese un cocinero reputado con un ego tal que pensara que mis creaciones os van a sorprender, entre otras cosas porque no soy más que un corredor popular más experimentando en mis carnes lo que voy aprendiendo y probando. Así que el domingo tocó doblar:

Corriendo en la Calle Finlandia (de Linares)

El domingo fuimos toda la familia a Linares para comer con mis suegros y aproveché ese intervalo de tiempo en el que los andaluces acostumbran a tomarse "las cañitas" para vestirme de corto y hacer un circuitín un tanto durillo de algo más de 10 kilómetros. La zona de la vía verde estaba esplendorosa en su recibimiento a la primavera y suerte que no soy alérgico. El duro desnivel positivo que te encuentras en los últimos cuatro kilómetros siempre es un buen entreno de fuerza, máxime si lo haces a más de 23 grados como lo hice yo. Como curiosidad, al medirlo en la wikiloc he comprobado que ese camino se llama Calle Finlandia, ¡vaya sorpresón!, y resulta que lo vengo pataleando hace ya un montón de años. He pensado que se ha de tratar de un designio divino o mejor de un capricho del destino por eso de que Helsinki sea la primera maratón para Mercedes y ella sea de Linares. Concretando: no sé qué tiempo hizo porque no me llevé crono, pero sí sé que esos 10.000 metros me obligaron a subir 158 metros.


















La Vega, Mercedes y la noche fresca

Tras una comida que me sentó fabulosamente bien, y tras una siesta que técnicamente me dejó como nuevo, regresamos a casa al atardecer. Llegamos con el tiempo justo de volverme a calzar las zapas, y Mercedes hizo lo propio. Nos fuimos a realizar el circuito de La Vega, como yo lo tengo bautizado. Merche iba bastante timorata porque de nuevo había sentido grandes molestias en la cadera el día anterior, y para colmo se había echado el Garmin y tenía ganas de ir midiendo el tiempo y el ritmo. El inicio lento, pero íbamos tranquilos y a gusto. Poco a poco fuimos metiendo una marcha más, y otra, ya por debajo de 6´. Llegamos a la Vega de noche y con el frontal encendido en una noche muy agradable para correr en la que seguramente otros matrimonios están tomándose unas cañas en un bar o viendo la tela (nosogros a lo nuestro en un domingo por la noche). Al llegar al Peral a Mercedes la cadera le dio un serio aviso y tuvimos que parar a estirar unos segundos, pero con la pendiente a nuestro favor se recuperó y la vuelta fue bastante rápida, marcando ritmos por debajo de 5´30´´(5´19´´ el más rápido). El dolor se le traspasó a la zona de la ingle y eso le ayudó a correr algo más cómoda de forma que el final de la sesión no fue malo del todo. Aún así seguimos preocupados con tantos problemas musculares.

Por mi parte yo me sentí increiblemente suelto y pude saldar el domingo con  23.100 metros a añadir a los algo más de 22 kilometros del sábado. Un fin de semana muy fructífero en cuanto a kilómetros.

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