RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

jueves, 23 de abril de 2015

MARTES 21: LA MONTAÑA SERÁ UNA DURA SARGENTO PARA MERCEDES

Uno a estas alturas del juego ya sabe lo que el cuerpo necesita para afrontar los retos que la mente propone. Pero no olvidemos que una cosa es saber lo que te puede venir bien y otra bien distinta es poder llevarlo a cabo. Las 2 horas 55 minutos que me propongo conseguir a veces me suenan a quimera, otras, sin embargo lo veo como algo factible; todo depende del estado de ánimo y como me haya encontrado en los últimos entrenos; pero es obvio que sin sacrificio no habrá gloria. El mayor escollo que ahora mismo veo es la adaptación a un ritmo que sé que puedo llevar pero que desconozco si sería capaz de perpertuarlo tanto tiempo. No olvidemos que en Roma hice 02:58 pero de eso hace 2 años y uno es más viejo y está más machacado. En el caso de Mercedes la cuestión es otra: ritmo tiene de sobra, de hecho ha de ir suavito en su maratón, tanto que se aburrirá bastante en los primeros kilómetros, pero lo que desconocemos es como reaccionará su cuerpo a un esfuerzo tan prolongado, ¿le quedarán reservas?, ¿podrá comer y beber sin que le sienta mal?, ¿aguantará muscularmente?. Ahora mismo lo que necesita es fortalecerse para poder acometer el reto con garantías, así que toca obedecer a la sargento de hierro más dura que conozco: la montaña. Por ello se presenta mayo con dos citas en el calendario en el que Mercedes y yo "disfrutaremos" y "sufriremos" de los placeres y rigores que ofrece esta modalidad. 

Y para que vaya calentando motores el martes nos fuimos a realizar varias subidas al Cerro del Ángel, pero por la zona de mayor pendiente. Fueron tres subidas, con sus correspondientes bajadas, de unos 300 metros pero con una pendiente que rozaba en ocasiones el 25%. Mercedes ha mejorado mucho en estas lides y lo hizo lento pero sin subírsele las pulsaciones. El mayor problema surgió de nuevo con el dolor de ingle, que como si fuera un bicho en movimiento se trasladó en esta ocasión a su gluteo, el culo hablando claro. Bajamos del susodicho cerro sin forzar y en lugar de ir a casa dimos un rodeo yendo hacia el Parque Cervantes para que nos saliese un entreno algo más completo. Habríamos dado alguna vuelta al recinto pero Merche iba "bien servida" con lo hecho debido a sus molestias, así que cogimos camino de caso y completamos 8,5 kilómetros llenos de incidencias.

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