Se ve que 7 horas de entreno no fueron suficientes. Llegó la tarde del sábado y Mercedes tenía mala cara debido a lo mal que se había encontrado el día anterior. Así que le propuse ir a soltar un rato al parque: ella para ver si esto le ayudaba con su cadera y yo para realmente regenerar después del esfuerzo. Nos fuimos en la moto y nos pusimos a dar vueltas a un ritmo muy suave, pero me ví sorprendido notando que me encontraba muy suelto. En cuanto a Merche fue midiendo sensaciones y vigilando que no se le "agarrase" nuevamente el pinchazo en su cadera. A lo tonto a lo tonto hicimos 7 kilómetros que sirvieron para nuestras pretensiones.
Había aprovechado bastante bien el sábado con un entreno largo, en doble sesión, el entreno más largo que jamás hubiera hecho, tan sólo superado por la Madrid Segovia y sus 12 horas.
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