RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

martes, 16 de junio de 2015

DOMINGO 14: LA TIRADA LARGA CON MERCHE PARA CONVERTIRLA EN UNA MARATHON WOMAN

"Conoceras al hombre por sus actos, y más aún lo apreciarás por sus gestas"

El sábado Merche se había ido por su cuenta a realizar el entreno que le había marcado: "10 kilómetros moderados con una subida al Cerro del Ángel". Eso hizo y no vino muy disgustada, porque de nuevo no había tenido molestias en su cadera, y casi que ya dejo de hablar de esa parte de su cuerpo no vaya a ser que atraiga a los diablillos de las lesiones. Eso sí, había vuelto a tener ligeras molestias en su rodilla y también la andaba molestando un poco el aductor (yo bromeo diciéndole que se va acabar conociendo cada músculo, hueso, tendón, etc, a través de las sensaciones que le otorgan sus dolores). Tocaba madrugar el domingo y me costó sacarla de la cama cuando a eso de las 08:45 horas la llamé para que se levantara y desayunara. Finalmente conseguí desperezarla y mientras que ella se tomaba un potente desayuno yo preparaba la mochila con las botellitas de isotónica, alguna barrita y cápsulas de sales y aminoácidos. La idea era hacer cerca de 20 kilómetros, eso sí, suaves, pero no tenía claro hacía dónde ir tratando de evitar no ir por sitios mil veces transitados. Ella me dio la solución cuando me dijo el camino por el que quería ir: el Camino de Ruidera. Y por allí fuimos, sufriendo los primeros 4 kilómetros que son en constante subida, pero muy suave en cuanto a ritmo. La mañana era ideal para correr y se puede decir que estamos obteniendo un regalo con esta semana que nos ha llegado. En el kilómetro 9 giramos a la izquierda para bajar al pequeño valle que va desde San Carlos del Valle (de ahí su nombre) a Valdepeñas. Alcanzamos el Camino de San Carlos del Valle, ruta de Don Quijote, y tomamos rumbo a casa. Merche comenzó a tener serios problemas con su rodilla, con ese dolor grave que se le pone que sin ser muy doloroso sí que es muy molesto. Además el aductor también comenzó a darle la lata. Me diréis que como demonios no hago otra cosa que contar las lesiones y molestias de mi mujer, pero esto es un cuaderno de bitácoras y aquí se describe todo lo que ocurre sea bueno, malo, gris, azul, amarillo o rosa.

Lo peor lo pasó ya en el 14, cuando pese a llevar el terreno a su favor, tuvo que parar hasta en dos ocasiones para estirar un poco. Sin embargo, los últimos kilómetros fueron menos latosos, porque la rodilla se olvidó un poco de ella, y en seguida le cambió la cara. Lo más positivo de todo fueron los casi 20 kilómetros que corrimos, en un tiempo discreto de 2 horas y 15 minutos; importante reseñar que Mercedes ya no necesita ni geles ni barritas para realizar distancias tan largas; a lo largo de la sesión tan sólo tomó isotónica y algo de agua.

En caso estiró lo que pudo, y sus dolores remitieron. Sin embargo vamos a volver a hablar con la podóloga para que le vuelva a retocar la plantilla derecha para ver si de esta forma conseguimos la tan ansiada ausencia de dolores.


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