RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

miércoles, 17 de junio de 2015

MARTES 16: PROBANDO A CORRER SIN PLANTILLAS

"El riesgo es a la vida como un buen fuego a un excelente solomillo ibérico. ¿A ver cómo te lo comes crudo?"

Tienes dos posibilidades a lo largo de tus días, esos que tienes asignados, vivir plano, o bien vivir sabiendo que la mejor opción es siempre intentarlo. A lo largo de todas estas últimas semanas Merche y yo hemos aprendido que el camino no se le iba a poner en ningún momento llano, y más al contrario, esperamos más obstáculos. Tras el duro pero completo entreno del domingo, le tocaba salir ayer martes y lo hacía arriesgando: dejándose las plantillas en casa y saliendo a correr con sus NB 790, más ligeras pero son para pronadores, por lo que es desaconsejable ponerle plantillas. Desde las primeras zancadas ví suelta a ella y a mi me ví entablillado. Me dolía la cintura y las piernas y tuve que esperar a entrar en calor para poder correr sin molestias, lo cual no quiere decir que corriese a gusto, ¡ese día no tocaba!. Dimos varios rodeos y terminamos en el cementerio, pero no en el sentido amplio de la palabra, sino en el literal, aunque sólo fue de paso, ya que bajamos por el paseo de dicho recinto, cogimos la Carretera de San Carlos y luego el carreterín asfaltado que lleva a las canteras. Merche se movía ágil, ligeramente por debajo de 6 minutos el kilómetro, pero sobre todo iba cómoda. Cogí un camino a la derecha con la esperanza de poder enlazar con el camino que yo llamo "del Tanatario" para regresar a casa, sin embargo, pronto nos vimos en terreno liego, sin camino y tuvimos que ir campo a través durante unos minutos, hasta que por fín encontré la mencionada vía cuando quedaban 4 kilómetros para casa. Merche estaba contrariada porque ir pisando terreno arado le había cortado el ritmo, y con razón. Sin embargo, cuando pudimos volver a correr, cogimos buen ritmo y nos pusimos a marcar cronos por debajo de 5´45´´. Llegamos a casa tras unos 11 kilómetros y medio y Mercedes apenas había tenido molestias, salvo un ligero hormigueo en la rodilla y en su aductor. La cadera no le molestó nada a pesar de no llevar plantillas (ya digo que tengo que dejar de hablar de esa zona de su cuerpo para no atraer a los demonios).

De esta forma completó una buena sesión que supone cumplir los objetivos. La idea es que salga otro día a correr (en esta semana tan sólo cuatro sesiones), pero que complete casi 55 kilómetros, que una cifra bastante correcta. Ya la incrementaremos en la siguiente semana.

En cuanto a mi, no muy contento: un entreno tan lento y suave me pareció hasta duro. A ver si paso pronto estos aciagos días.


No hay comentarios :

Publicar un comentario