RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

martes, 30 de junio de 2015

MARTES 23: A MERCEDES LE COMIENZAN A FUNCIONAR LAS COSAS

"No hay mal que acabe con todo, salvo la muerte que es el mejor final y es donde se terminan todos los males"

Dice el refranero español que no hay mal que 100 años dure ni cuerpo que lo resista. Eso debe haber ocurrido con el pequeño calvario que ha soportado mi mujer, que ha llegado al final, por fin. Las plantillas y sus retoques han sido actor principal en esta película así que nos alegramos de haber tomado esta iniciativa. El martes propuse a mi mujer hacer un interval a razón de 4 fuertes y 1 suave, calcado al que yo había hecho el día anterior. Así que nos fuimos hacia el norte y cuando hubimos calentado comenzamos con la tarea. A ella se le veia suelta, con sus zapas más ligeras, y en esta ocasión sin plantillas (no las llevaba porque las había dejado a la podóloga para que les pusiera un poco de acolchado en la parte más dura). Uno a uno fueron cayendo los cambios de ritmo con buenas sensaciones. Además, no hacía mucho calor por lo que la temperatura ayudaba a realizar un entreno intenso. Ya a la vuelta tuvo un pequeño bajón en la cuesta, que le pilló en pleno cambio, pero pronto se recuperó. También tuvimos un pequeño problema ya llegando y es que la cadera le comenzó a molestar un poco, aunque fue breve y sin importancia. Esta molestia venía a corroborar que no debe correr sin plantillas.

Nos salió 1 hora y 9 minutos para cubrir 12 kilómetros. Un muy buen entreno


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