RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 25 de julio de 2015

JUEVES 16: HACER KILÓMETROS CASI DE MADRUGADA: UN GRAN ESFUERZO PERO UN PLACER




La dichosa ola de calor parecía que no quería irse jamás y en esa tesitura mi mujer y yo nos vimos obligados una vez más a correr "a las tantas". Además, había que conseguir batir el récord de kilómetros de Mercedes, justo en la semana "top" de su plan para la Maratón de Helsinki, justo a un mes del día D. Así que decidimos ir al Peral despacito, sin mucha prisa. Eso sí, Merche estaba bastante cansada por los kilómetros acumulados, no en vano había dado poco descanso a su cuerpo: el sábado había hecho 36 kilometrazos, el domingo había descansado, pero el lunes con 10, martes con otros 9, miércoles con 6 kilómetros en la cinta conseguía un montó de sumandos para esta operación. Así que casi durante todo el recorrido se fue quejando de ir bastante cansada de piernas, y ni siquiera a la vuelta con la pendiente negativa conseguimos imprimir un ritmo exigente. Otros doce kilómetros y medio que conseguían añadirse a la fórmula para alcanzar 73 kilómetros y medio, justo en el momento que los tenía que hacer. La nota más gris habían sido sus molestias en el tibial, que con casi toda seguridad se debían al uso de única plantilla (pero es que usando las dos había tenido problemas en su planta del pie). 

Comenzaba oficialmente su tapering, es decir, la bajada progresiva de carga de kilómetros, de forma que se podía decir que los deberes ya estaban hecho, y ahora se trataba de conservar lo ganado.

En cuanto a mi, había hecho unos dignos 98 kilómetros, eso sí, sin aspiraciones concretas.


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