RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

martes, 24 de noviembre de 2015

MIÉRCOLES 18: TRATANDO DE VOLVER A LA NORMALIDAD CON ENTRENOS DUROS. INTERVAL 12,5

El miércoles era mi día. Había dado un merecido descanso a Mercedes y a mi me tocaba entrenar a mis ritmos. Con el sentimiento de que mi pubalgia sigue ahí, pero con menos molestias, y con la necesidad de volverme a sentir corredor, programé un entreno típico de interval de zancadas, como yo le llamo: no importa ni la medición del crono ni la medición de la distancia, se trata de contar zancadas, ¿qué como lo hago?, cuenta una unidad cada cuatro pisadas de forma que el ritmo intenso suponen 100 unidades (400 pisadas) y el suave 50 unidades (200 pisadas). Calenté yendo por la Carretera de San Carlos y luego subiendo por el camino que lleva al Peral y en el kilómetro 5 aproximadamente comencé con los cambios. Como viene siendo común denominador en este otoño no tuve buenas sensaciones en casi ningún momento, pero al menos las molestias no fueron grandes (ni el tendón de aquiles ni la pubalgia me dieron ningún sobresalto). No logré bajar de una hora pero los 12,70 kilometros realizados me llevaron a una media de 4´43´´, que visto lo visto no está mal. Tengo que seguir trabajando.

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