RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

martes, 19 de enero de 2016

JUEVES 14: ENTRENO RÁPIDO CON MERCEDES. 11,1 KILÓMETROS.

El jueves tocaba salir a correr con mi mujer. Ella estaba llevando una semana de pocas sesiones, pero de bastante calidad y con actividades alternativas, mucho mejor ya de su rodilla y otras molestias y planteándose correr la Media Maratón de Valdepeñas. El caso es que dispuse el circuito de algo más de 11 kilómetros que discurre hacia el Norte para regresar por el Camino de Membrilla. Desde el comienzo exigí a Mercedes en un ritmo más rápido de lo habitual para conseguir que realizase un entreno de calidad. De hecho la llevé bastante "apretada" oyendo su respiración en varias fases de la sesión, síntoma inequivoco de que iba a un ritmo cercano a su umbral anaeróbico. Ya llegando al camino de membrilla, cuando llevábamos 6,1 kilómetros paramos, justo en 32 minutos exactos, a una media de 5´16´´, y por caminos, lo cual estaba muy bien. Le dí unos segundos de descanso y el resto del entreno lo hicimos algo más suave; era en cualquier caso la parte más dura lo que nos quedaba (la cuesta tendida de 2 kilómetros hasta llegar a la zona asfaltada). Ya bajando por el asfalto Merche se puso como una moto y cogimos un muy en ritmo. Desconozco el tiempo total que empleamos porque había apagado el crono tras la primera parada, pero no me cabe duda de que fue un muy buen entreno para mi mujer. Por mi parte, me encontré bastante bien, sintiendo la mejoría que vengo experimentando en las últimas sesiones, pero no me atrevo a decir que lo estoy superando, algo que ya he pensado en otras ocasiones para luego comprobar que me venía otra sesión en la que sufría las molestias y la consiguiente desmoralización.


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