RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

martes, 19 de enero de 2016

SÁBADO 16: ME TOCA DECIR QUE LA TIRADA LARGA FUE POSITIVA. ¡POR FIN!



Había terminado una semana más, de estas que me toca vivir en terreno de nadie: sin planificación, sin saber muy bien por qué corro, sin objetivos, por tanto, sin plantearme futuro alguno. Aún así me habían salido unos 80 kilómetros totales, cifra nada desdeñable teniendo en cuenta mis pretensiones, aunque bien es cierto que la semana no había destacado por contar con ni un sólo día en el que hubiese metido intensidad. Tampoco me preocupa mucho esto último, lo único que estoy buscando en esta nueva etapa es correr sin molestias.

Así que el sábado por la mañana me costó calzarme las zapas, no tenía muchas ganas de sufrir, pero a eso de las 12:15 salía por fin de casa con la motivación suficiente para afrontar más de 21 kilómetros. Sin crono, sin pensar en ritmos, tratando tan sólo de correr cerca de dos horas y ver la respuesta de mi cintura, me fui acercando a la gasolinera Shell del kilómetro 191, y fui comprobando como mi pubis no se cargaba, e iba relativamente suelto, eso sí, luchando contra la brisa que me daba de frente. Cogí el Camino Carretas y sólo por el hecho de no tener que bregar contra el viento ya experimenté una considerable mejora en mis sensaciones. Avancé por el camino notando como me sentía cada vez mejor, mientras escuchaba (en un segundo intento de ofrecerle un homoneje) a David Bowie. Llegué al Paraje del Peral tras más de 16 kilómetros recorridos y con bastante alegría al comprobar que por fin corría durante más de una hora sin notar nada extraño y reseñable en la dichosa cintura. Es más, en el Camino del Peral metí casi dos marchas más y me puse a correr, estirando zancada; pronto noté la sonrisa en mi cara al comprobar que en esta ocasión iba a ser un sábado sin desastre. Llegué a casa bastante entero, muy entero de piernas, y bastante cómodo sin apenas notar problemas de mi lesión. Cierto que me falta recuperarme del todo pero esto es ya un avance.

Estiré largo y tendido y también hice mis ejercicios. Se podía decir que había cumplido con un buen entreno. Por cierto, un diez para las Saucony Kinvara 6, que se mostraron como unas campeonas demostrando que van de lujo también en las tiradas largas


No hay comentarios :

Publicar un comentario