RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

viernes, 26 de febrero de 2016

DOMINGO 14 A VIERNES 19: RECORDANDO LO ENTRENADO. POCA CHICHA, ¡HAY QUE PONERSE LAS PILAS!

Parece ser que el sábado 13 y sus celebraciones, las cuales incluyeron una rutilla de 16 kilómetros, nos dejaron a Merche y a mi un poco tocadillos. Aquel domingo hacía un viento tremendo y esperé a la tarde para encontrar la motivación para salir, y no la hallé por ningún sitio, la tenía perdida no sabía donde, con lo cual mal comenzaba la semana (con un fin de semana de poca intensidad y pocos kilómetros). Y en el resto de días esto fue lo que ocurrió:
  1. Lunes 15: me sentía tan mal que programé un entreno de interval duro. Tomé el circuito que yo llamo de La Vega, 13,2 kilómetros y tras un breve calentamiento de poco más de un kilómetro estuve realizando cambios de ritmo. No fueron malas las sensaciones sacando un ritmo medio de 4´40´´.
  2. Martes 16: Merche se enfundó las mallas y nos fuimos a hacer unos cambios de ritmo al Parque Cervantes. No hicimos un entreno muy extenso ya que nos bastó con 5 cambios de 500 metros. Merche iba suelta pero en la última fase comenzó a sentir carga en los gemelos con lo que decidí no alargarlo más. 8 kilómetros nada más.
  3. Miércoles 17: tocaba otra vez entrenar intenso. Mi nivel de satisfacción en cuanto a la evolución de la lesión era grande, cada vez sintiendo menos molestias y pude realizar el circuito de 12,6 kilómetros que va hacia el norte por el Camino de Membrilla y me regresa por la vía de servicio. Traté de coger ritmo y no fui excesivamente cargado, eso sí, el viento de frente me aguó la vuelta. Por su parte Merche hacía algo de elíptica una sesión de pilates.
  4. Jueves 18: tocaba salir nuevamente con mi mujer. En esta ocasión fuimos a dar un rodeillo cogiendo el Camino de Membrilla, cogiendo después hacia la zona del la pista de aeromodelismo, de ahí al Camino de Membrilla, falda del Ángel, dos subidas campo a través por la cara sur y regresamos por el mismo camino del Ángel. Un total de 10,15 kilómetros en los que cogimos un buen ritmo y además Mercedes subió francamente las dos duras subidas. 
  5. Viernes 19: nos dábamos un descanso ambos, aunque quizá yo no lo hubiera necesitado teniendo en cuenta como se había desarrollado la semana anterior y teniendo en cuenta también el descanso del domingo.

Con  esto Merche acumulaba unos 40 kilómetros, que no son muchos pero sí suficientes en esta etapa de mantenimiento. El viernes era muy optimista de cara a su Media Maratón de Valdepeñas, pensando que podría dejar el crono en 1:50; luego se ha visto que no pudo ser, aunque 1:52 son bastante dignos.

En cuanto a mi, otra semana poco reseñable, para no presumir: 60 kilómetros nada más. Suerte que en el momento de escribir esta entrada he completado otra semana más, esta sí con 88 kilómetros.

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