RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

lunes, 25 de abril de 2016

DOMINGO 24: TODO ESTÁ RELACIONADO

A veces tengo la extraña sensación de que TODO está relacionado; ¿y si nuestras mentes fueran tan torpes como para no atar cabos?, ¿si fuésemos partícipes de un juego universal en el que hasta los detalles más nimios han sido ya escritos antes?. Lo más seguro es que mi imaginación me esté engañando pero cuando tengo esta idea en mi cabeza es como si sintiese que alguién me está observando. Cojo los conceptos "casualidad" y "destino" y trato con ellos de contestar pequeños misterios: ¿no fue casualidad el haber conocido a mi mujer?, ¿fue el destino el que puso ahí la peli de Torrente aquel domingo por la noche y que fue la razón por la que ambos nos conectamos a internet?, ni a ella ni a mi nos gustaba este personaje y por ello fuimos derechos a ese chat, esa concreta sala virtual totalmente desconocida para nosotros, uff, y lo de regresar al mundo del running... ¿por qué volví a correr si yo ya no quería volver?, ¿por qué ahora no puedo dejar de dar zancadas si durante años ni se me pasó por la imaginación?, ¿qué desencadenó que mi mujer corra ahora conmigo cuando ella siempre odió el deporte?, Hoy ella corre maratones por un encuentro casual hace 15 años.


...Habría que preguntarle a Cervantes qué se le estaba pasando por la cabeza cuando comenzó a escribir sobre ese papel en blanco aquella famosa frase: "En un lugar de La Mancha...". Algún que otro investigador sostiene la creencia de que se encontraba liberado al sentir que su vida estaba ya en su última etapa, y que por ello su pluma fluyó  sin la presión que suponen los condicionamientos sociales del tipo qué pensarán, el éxito, el dinero o el poder. Simplemente se sintió libre para escribir, disfrutando en el proceso y sin saber, probablemente, que lo que estaba creando permanecería entre nosotros PARA SIEMPRE. Regresaba el pasado jueves por la noche de Campo de Criptana (de curso que imparto al lado de los famosos molinos del Quijote) y venía escuchando todo esto; y hoy mientras escribo esta entrada tengo la sensación de que son pocos los lectores que se asoman por aquí, con la paz y la libertad que ello conlleva y la cálida soledad que ese hecho supone. 

Todo debe estar relacionado: ...Cervantes con sus sueños convertidos en palabras, palabras que vienen a mi 400 años después para arrancarme estos pensamientos y este fluir de aporreos sobre las teclas de mi ordenador; ¿y sí él también se sintió solo?, quizá la soledad mientras escribimos es una sencilla interconexión de sentimientos entre ambos, que une nuestros destinos, que El Quijote y este humilde blog son eslabones engarzados en un todo, junto con trillones de eslabones, de manera que todos estamos encadenados: el Ingenioso Hidalgo y su espíritu soñador con los sueños que asaltan nuestras cabezas, sueños que conforman el patrimonio onírico creado con cada una de las minúsculas y anónimas parcelas de soñadores sin nombre (ficticios o reales). Si la imaginación de Cervantes no hubiera escapado de su cárcel, La Mancha sería hoy más gris y esas palas eólicas de la Sierra del Peral no serían hoy extraños gigantes que abatir.

Por ello toca contar cómo Mercedes y yo salimos a correr ese domingo soleado de abril, esa salida que fue como un sueño, una pequeña conquista... ilusionados vamos corriendo para acometer tal empresa; que es vital por la necesidad de ser vivida. Suave, sin prisa, con la libertad al pensar que no hay nada que enseñar, que hemos corrido más de lo que nunca hubiésemos imaginado; nos acercamos, vamos hacia ellos, disfrutando en el previo a la batalla en esa magnífica mañana dominical. Cuesta ascender los 200 metros de desnivel para así vencerles y finalmente nos hallamos los dos allá arriba, y al mirar desde lo alto hacia al pueblo, mientras que las aspas rugen, me siento orgulloso de que Mercedes haya vuelto a subir conmigo, que volvamos a perseguir nuevos sueños, ¡nos esperan los 73 kilómetros del Rocío!. Y entonces pienso en Cervantes, le veo escribiendo a la luz de una vela mientras sonríe para sus adentros al descubrir sus propias ocurrencias, quizá él no imagina que su obra se convertirá en un perfecto generador de sueños. Regreso al mundo real, miro a mi mujer y le hago un gesto indicándole que toca bajar. Disfrutamos del solecito y de la amable pendiente que hace que las piernas vayan solas, también de la senda que nos regresa al Peral por la falda del cerro, que se ve verde y llena de los colores que brindan las flores silvestres; aumentamos el ritmo cuando alcanzamos el camino y nos sentimos bien hasta que finaliza nuestra pequeña aventura tras llegar a casa habiendo recorrido 21 kilómetros estupendos. 

...Trato de imaginar que no entré en aquel chat, que Cervantes no existió y por tanto nadie vivió las aventuras del Quijote y sus gigantes; dibujo en mi mente un mundo sin casualidades o quizá destinos escritos y me veo en él inmerso en otra vida de un soleado y paralelo domingo: esa mañana no salgo a conquistar la Sierra del Peral con una mujer que no existe, no siento esos estupendos dolores que son el chivato del esfuerzo, ni tampoco el placer y la emoción de verme enfrascado en nuevos retos; es un universo totalmente distinto al real que vivo; así que ¡mejor dejar de ver!, que por suerte, casualidad o destinos, todo así ha sucedido ...aunque quizá todo esté relacionado.






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