RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

lunes, 25 de abril de 2016

VIERNES 22: CERRANDO OTRA SEMANA CON UN POCO DE SATISFACCIÓN

Tras un jueves en el que decidí perdonarme otra sesión atropellada al mediodía como la del miércoles, es decir, que descansé, me ví el viernes con la tarde libre desde las 19:30 horas. No tenía excusa, y además también contaba con la oportunidad de cerrar por fin una semana con una cantidad de kilómetros digna, que no adecuada para lo que quiero, 70. Para ello, aprovechando el solecito, me calcé las zapas y me fui por la Carretera de San Carlos del Valle al Paraje de las Aguas; de ahí fui al Peral para regresar a casa. Como había decidido no medirme el tiempo no pude saber a cuánto fui en la segunda parte de la sesión. He de decir que muscularmente me encontré mejor y que pude meter un poco de ritmo, hasta el punto de terminar contento con el entreno. Fueron 14 kilómetros bien empleados, algo que no viene ocurriendo con frecuencia últimamente.

Y así fue como me pude ir a dormir con la confortante sensación de que había conseguido hacer mis deberes en otra semana dura.

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