RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

martes, 17 de mayo de 2016

DOMINGO 15: DOBLAJE PARA CURAR LA MORAL

El fin de semana también tuvo largas horas de trabajo, y es que últimamente no descansa uno ni los domingos. Eso sí, al mediodía Merche y yo sacamos un hueco para ir hacer una sesión de unos 11 kilómetros. Primero fuimos a la piscina cubierta corriendo, y allí mi mujer dejó la mochila y desde ahí fuimos al Parque Cervantes para luego coger la Carretera Daimiel y tras esto un camino paralelo a la Carretera de Ciudad Real. Pronto volvimos apareciendo por el Polígono Entrecaminos, donde dimos una larga vuelta y de ahí a casa pasando nuevamente por el parque. El entreno fue con cambios de ritmo de 1 kilómetro fuerte y 1 kilómetro más suave. En los fuertes (fuertes para Merche) marcamos cronos de 5´30´´,5´21´´, 5´24´´ y 5´34´´, los suaves iban a más o menos 6´-6´10´´. Tras el kilómetro 9 fuimos a ritmo constante hasta la piscina donde Merche se quedó y yo continué a casa. 11 kilómetros muy buenos para ella y de transición para mi. Me encontré algo mejor que el día anterior.

Por la tarde, tras unas largas horas trabajando, decidí volver a salir. En esta ocasión fue para realizar algo más de 5 kilómetros a un ritmo de 5´aproximadamente. Paradójicamente me encontraba mejor que por la mañana y mejor que el sábado.


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