RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

martes, 7 de junio de 2016

JUEVES 26 DOBLAJE SUDANDO Y LUEGO SUBIENDO POR LA TARDE

El jueves comenzó el día con un profundo remordimiento, y es que el miércoles, dia de curso, día de agobio, me había dejado las zapas en Valdepeñas y al no echarlas en el coche no pude salir a correr. Al final del día, cuando regresaba a casa a las 22 horas y sin cenar, todavía albergaba la esperanza de salir a correr y cumplir, pero entre el cansancio y el hambre me convencieron para tomarme un descanso de esos que te dejan sentimiento de culpa. Por ello tuve la oportunidad de redimirme el jueves, día del Corpus, y es que al ser festivo no tenía curso, aunque sí curre en Manzanares (lo habíamos programado así cambiando ese día por el lunes siguiente). A la hora de comer salí a correr con todo el calor del mundo y llegué extenuado tras unos 10 kilómetros bastante duros. Pero a las 19 horas, ya en Valdepeñas volví a calzarme las zapas y realicé un minicircuito con subida al Cerro del Ángel por la parte de atrás, justo por el mismo sitio por donde unos días antes habíamos corrido Merche y yo. En esta ocasión me metí caña y la verdad es que me salió un entreno corto pero intenso de unos 7 kilómetros que sumados a los 10 del mediodía suponían unos buenos 17 kilómetros de doblaje. Nada de buenas sensaciones, pero al menos la cintura me había respetado.


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