RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

viernes, 17 de junio de 2016

MIÉRCOLES 15: UN DÍA MALO PARA MI

Que voy a decir que no haya dicho ya de los miércoles en este blog a lo largo de las últimas semanas; son, junto con los jueves, los días más duros de la semana, y con diferencia. Este es mi diario, así que toca contarlo, sin más. Suerte que el fresquito se ha instalado este semana en los preámbulos del verano, una auténtica sorpresa, pero junto con las temperaturas agradables vino un huésped llamado viento, que plantó mucho batalla en mi entreno. Sesión de circuito clásico de 9,5 kilómetros caracterizado por llevar la comida dando vueltas en mi estómago ya que no hacia ni una hora que la había ingerido. Eso me suele provocar falta de fuerzas y cierto mareo, que fueron los síntomas que sufrí. Por suerte la cosa fue a menos y no se convirtió en un corte de digestión, eso sí, el ritmo fue una auténtica castaña, pero estoy tan acostumbrado a que así sea por una causa u otra que ya ni me preocupo. El regreso fue mejor en ese sentido pero tocaba bregar contra el viento, que soplaba fuerte, así que me ví castigándome contra ese elemento lo que me acabo de dejar liquidado. Entre unas cosas y otras salió otro entreno de esos de "para no recordar", pero al menos cumplí, que viene siendo lo más importante

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