El martes habíamos salido por la mañana a Salou y nos pasamos gran parte de la mañana y de la tarde en la carretera. Tanto fue así que a mi se me quitaron las ganas de correr y decidí darme un descanso, el segundo de la semana, cuando venía sin darme ningún break hacía tiempo, pero esta semana era especial: había que bajar el pistón, y aún así entre el domingo y el lunes había acumulado una importante carga de 61 kilómetros. Nos levantamos temprano, un poco antes de las 8 horas y salimos a correr por el paseo marítimo de la Playa de Levante dirección a Cambrils.
Me sentía pesado y cansado así que no me fue resultanto muy agradable el entreno. Muchos corredores en ambos sentidos de la marcha, y es que es increíble como esto de el running se ha instaurado en las vidas de un montón de gente. Llegamos a Cambrils y tiramos a la derecha, subimos por un puente que cruzaba la vía y nos metímos por un recinto lleno de bungalows. Después cogí un camino por el que pronto descubrimos que no llegaríamos a ninguna parte, así que tocó dar media vuelta. Recuperamos la carretera de los bungalows y terminamos en una carretera que circunvala tanta Cambrils como Salou. Lo dicho, malas sensaciones, sin ganas, quizá por el cambio de aires y la carga acumulada. Merche tampoco es que fuera muy redonda. Llegamos a Salou y lo atravesamos de parte a parte, no sin antes perdernos un poco y jugarnos el llegar tarde al desayuno. No hicimos mucho, unos 9 kilómetros, aunque se hicieron algo largos.
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