RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

miércoles, 24 de agosto de 2016

VIERNES 19: CUANDO UNA PUERTA SE CIERRA OTRA SE ABRE EN ALGÚN LUGAR

Demasiadas puertas se han venido cerrando en estos últimos años, y así he quedado, esperando que se abrieran otra, y la espera dura. Tras las malas sensaciones del miércoles y el jueves, causadas sin duda por el duro trail del sábado anterior, el viernes tocaba sesión sin pretensiones, así que tras el trabajo y aún con bastante calor, salí dando un rodeillo hacia el Camino del Peral, y cuando llevaba dos kilómetros y medio cogí el camino que sale de la izquierda y me lleva a la parte de atrás del aeródromo. Cogí tras esto el camino de la izquierda y aparecí en el Carril del Yeso, y de ahí a casa, sin más, tan sólo 8 kilómetros que buscaban activar las piernas y cerrar la semana. Las sensaciones fueron normales, sin molestias y el ritmo no fue malo del todo. Había conseguido con ello cerrar una semana de transición en unos 76,5 kilómetros, lastrada por la montaña allá en el Parque Natural Dels Ports, donde aquellos 19 kilómetros se hicieron eternos.

En cuanto a Merche había cerrado su particular semana con tan sólo 3 semanas, y es que a ella le había afectado mucho más la aventura de Tarragona; concretamente había sumado tan sólo 35 kilómetros, pero eso sí, los del sábado valieron por dos.


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